mayo 10, 2024
México, Ciudad de México
Cuidado y bienestar

Las alergias al polen se intensificarán por el cambio climático

El polen, los granos en forma de polvo producidos por pastos y plantas, contiene el material genético masculino para la reproducción de una planta. La cantidad de polen que se produce depende de cómo crece la planta. Y claro, el aumento de las temperaturas globales impulsará el crecimiento de las plantas en muchas áreas lo que, a su vez, afectará la producción de polen. Ahora, un equipo de investigadores dirigido por el Instituto de Ciencias de la Salud Ambiental y Ocupacional de Rutgers ha simulado cómo el cambio climático afectará la distribución de dos alérgenos principales, el polen del roble y la ambrosía, en los Estados Unidos. El análisis reveló que, para 2050, el cambio climático aumentará significativamente la cantidad de polen en el aire, y algunos de los aumentos más grandes se producirán en regiones donde históricamente el polen ha sido poco común.

 

“El polen es un excelente centinela de los impactos del cambio climático porque los cambios en variables como el dióxido de carbono y la temperatura afectan la forma en que se comportan las plantas”, explica Panos Georgopoulos, profesor de Salud y Justicia Ambiental y Ocupacional en Rutgers y coautor del trabajo que publica la revista Frontiers in Allergy. “Al mismo tiempo, la producción de polen y la influencia del polen en las enfermedades alérgicas ha aumentado debido al cambio climático, y este es uno de los pocos estudios que pronostica esta tendencia en el futuro”.

Los síntomas de las alergias van desde los levemente irritantes, como ojos llorosos, estornudos o erupciones cutáneas, hasta condiciones más graves, como dificultad para respirar o anafilaxia.

Los detalles de la investigación

Existen diferentes factores de riesgo como: la mala alimentación y la inactividad física, el consumo de tabaco y de alcohol, y la presencia de algunas enfermedades no transmisibles, sin embargo, no se ha comprobado que estos factores sean determi- nantes para provocar un cáncer, ya que existe otros factores (muchos de ellos incluso desconocidos) que lo pueden detonar. · Algunas infecciones crónicas particularmente frecuentes en los países de ingresos medios y bajos son también factores de riesgo para contraer un cáncer. Cerca del 15% de los casos de cáncer diagnosticados en 2012 se atribuyeron a infecciones, espe- cialmente las causadas por Helicobacter pylori, los papilomavirus humanos, los virus de la hepatitis B y C y el virus de Ep- stein-Barr3.

Los investigadores adaptaron el sistema de modelado Community Multiscale Air Quality, una herramienta de código abierto administrada por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de EE. UU., para simular distribuciones de polen alergénico de roble y ambrosía para datos históricos (2004) y futuros (2047). Los resultados demostraron que, incluso en condiciones de cambio climático moderadas, la temporada de polen comenzará antes y durará más, con niveles crecientes de polen en la mayor parte del país. “La calidad del aire en lugares como Nueva Jersey se verá afectada negativamente por el cambio climático, tanto en términos de contaminación antropogénica como de mayores niveles de polen. Para las personas con asma, la exposición al polen e irritantes como el ozono aumenta las probabilidades de sufrir enfermedades respiratorias. Para proteger a los más vulnerables, debemos comprender cómo se comportarán estos irritantes en un mundo que se calienta”, concluyó Georgopoulos.

Referencias

Referencia: Yingxiao Zhang, Allison L. Steiner. Projected climate-driven changes in pollen emission season length and magnitude over the continental United States. Nature Communications, 2022; 13 (1) DOI: 10.1038/s41467-022-28764-0 Modeling past and future spatiotemporal distributions of airborne allergenic pollen across the contiguous United States Xiang Ren, Ting Cai, Zhongyuan Mi, Leonard Bielory, Christopher G. Nolte and Panos G. Georgopoulos Frontiers in Allergy. 25 October 2022 Sec. Environmental & Occupational Determinants https://doi.org/10.3389/falgy.2022.959594

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